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Mito 12: El asunto ha de ser corto

Categoría: Consejos Email Marketing

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El asunto es un elemento clave en email marketing porque de él depende en gran medida que se abra el mensaje. Hay otros factores, como el remitente o la propia temática de la comunicación, pero el asunto se encarga de “vender” ese correo electrónico de forma que logre primero aperturas y después conversiones. Es tan importante que sobre él circulan varios falsos mitos, no solo que ha de llevar emojis, también que siempre ha de ser corto. Y no es así, ¡puede adaptarse a diferentes situaciones! 

 

¿Cuál es la extensión máxima de un asunto en email marketing?

La frase que acabas de leer tiene 61 caracteres. Como frase de un título o subtítulo, nada indicaría que es excesiva, pero la perspectiva cambia al situarla en otro canal y entonces sí, es demasiado larga como asunto de un correo electrónico. 

En general, 50 caracteres es el máximo recomendado para que pueda leerse completo en la mayoría de gestores de correo de ordenador, pero este número baja a 30 en dispositivos móviles donde las pantallas son mucho más estrechas y hay que ajustar el ancho. Por tanto, siguiendo con el ejemplo, para utilizar la frase del subtítulo en una campaña, tendríamos que reformularla, quitar algunas palabras o usar sinónimos con menos letras.

Lo mínimo en un asunto serían 10 caracteres, aunque lo cierto es que costaría que despertarse un poco el interés porque quedaría reducido casi a la nada (quizá el nombre de la marca y una fecha si se trata de una newsletter). Un asunto corto son cuatro o cinco palabras que no exceden los 30 caracteres para asegurarnos de que la frase no se cortará al final si se lee desde el móvil. Si nos pasamos de 50, nos arriesgamos a que haya suscriptores que, incluso desde la comodidad de su ordenador, no puedan entender el mensaje que queremos transmitir, lo que puede afectar a las estadísticas de aperturas.

En el editor de campañas de Acrelia, verás un mensaje en rojo si superas ese número para ayudarte a redactar el asunto dentro de ese límite.

 

¿Es mejor asunto corto o largo?

El número de caracteres recomendados viene determinado por los propios usuarios porque influye desde dónde se visualiza. Si revisas tus estadísticas, podrás comprobar qué dispositivos se utilizan más en tu lista de contactos y plantearte cómo optimizarlo para tener siempre el mayor porcentaje de aperturas. 

Además, hay otras razones para quedarse con un asunto corto:

  • Llama más la atención: destaca porque permite previsualizar un poco el interior del mensaje o dar más espacio al preencabezado para que funcione como un segundo asunto.
  • Es más directo y claro: ir al grano está bien valorado porque permite gestionar mejor el correo electrónico y permite al usuario decidir si le interesa leerlo en ese momento o guardarlo para luego.
  • Se lee más rápida y fácilmente: es más ágil y no provoca malos entendidos porque sus pocas palabras no dan margen para que haya confusión sobre qué trata realmente el mensaje recibido.
  • Genera curiosidad: para motivar que se abra el mensaje, se puede contar a medias de qué va la newsletter o la oferta. No se trata de mentir o engañar, solo de despertar el interés.
  • Estimula la creatividad: ajustar caracteres es un ejercicio que permite elegir muy bien las palabras que finalmente pasan el corte. Por eso, no vale quedarse con la primera frase que se nos ocurra, ¡hay que probar varias!

Claro que si decimos que no siempre ha de ser corto es porque también hay motivos para construir un asunto más cercano al máximo recomendado de caracteres:

  • Gestiona las expectativas: permite hacerse una idea más clara de qué se encontrará el suscriptor y así valorar antes si abrirlo o no.
  • Describe mejor el interior: no se trata de divagar, pero sí que se pueden añadir algunos detalles que no se pueden explicar yendo al grano. Y quizá sea justo ese extra lo que interesa al suscriptor.
  • Se puede personalizar más: las etiquetas de nombre, por ejemplo, pueden hacer variar mucho el total de caracteres, por lo que pueden convertir un asunto corto en largo casi sin darte cuenta.
  • Es más completo: se puede explicar un poco mejor el contenido, con más profundidad, porque no hace falta que siempre sea solo un teaser.
  • Permite ser más persuasivo: elegir la frase que más puede conectar con los intereses de los suscriptores es importante, pero también se puede insertar una llamada a la acción que denote urgencia, aunque gasta algunos caracteres de más.

Elegir qué conviene, si un asunto corto o largo, puede variar según el tipo de envío que vaya a hacerse. Por ejemplo: para el lanzamiento de un nuevo producto, uno corto puede ser una buena elección mientras que una campaña de venta cruzada requiere un poco más de contexto y es mejor usar algunas palabras más.

 

¿Cómo aprovechar cada carácter del asunto de una campaña?

La diferencia entre un asunto perfecto para todos los dispositivos y uno demasiado largo que habrá suscriptores que no puedan leer por completo quizá sean tan solo un par de palabras. Para aprovechar los 30 o 50 caracteres al máximo, puedes escribirlo teniendo en cuenta: 

  • Abreviaturas: siempre que sean entendibles por tus suscriptores, puedes utilizar algún símbolo o convención, por ejemplo “-10%” en lugar de “10% de descuento”. 
  • Números: si se trata de poner fechas, utiliza la versión numérica, por ejemplo: “hasta 31/12” te ahorra un poco de espacio que si usas “hasta fin de mes”.
  • Emojis: no todos tienen el mismo significado, pero los hay que no generan ninguna duda de su significo y te evitan poner, por ejemplo, “regalo” o un producto concreto (flores, bombones, ropa, libros…). 
  • Preencabezado: no todo tiene que caber dentro del asunto, este elemento cumple muy bien la función de ampliar el espacio para añadir una frase complementaria que ayuda a darle sentido, por ejemplo para indicar la fecha límite de una oferta.

El asunto también es un elemento importante para que el mensaje vaya a la carpeta de correo no deseado, así que al elegir las palabras no solo hay que pensar en su extensión, también en las que puedan considerarse de spammer. Por ejemplo: escribirlo todo en mayúsculas como si estuvieses gritando, excederse con los signos de exclamación para marcar una promoción o incluir “gratis” puede hacer que tu envío no pase algunos filtros anti spam. Reescríbelo para que se entienda aunque quites esas palabras, siempre fijándote en el número total de caracteres. 

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