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Mapa de calor (heatmap)

Técnica de visualización de datos que permite analizar de forma agregada cómo se comportan e interaccionan los usuarios frente a una página. La característica principal es que muestra en tonos más o menos oscuros la atención que ha recibido cada elemento de la web.

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Cómo funciona un heatmap

Tradicionalmente, el color utilizado para destacar los elementos más llamativos es el rojo y va en degradado hasta el verde para los que se miran pero no el tiempo suficiente como para considerarlo relevante, dejando en blanco los que no han conseguido nada de atención.

Un mapa de calor refleja dónde mira el usuario si se utiliza un dispositivo para controlar el movimiento de sus ojos (eye tracking). De esta manera se puede saber qué le interesa, por ejemplo imágenes, menús o botones. Así se identifican patrones de comportamiento y de lectura y se puede mejorar para acercarlos más a los objetivos de negocio.

También es posible registrar los movimientos del ratón para identificar las acciones del usuario, como el scroll o dónde hace clic, utilizando programas específicos, como Hotjar. Para eso se graban las visitas individualmente y se agregan los resultados para mostrarlos en un gráfico para facilitar su interpretación.

Este tipo de mapas también es posible realizarlos en dispositivos móviles para comprender mejor dónde pulsan o cómo se desplazan por la pantalla ya que su comportamiento es diferente frente al de un ordenador de sobremesa.

Para qué sirve un mapa de calor

Conocer los puntos calientes de una web permite analizar su usabilidad para mejorar la experiencia del usuario y, en última instancia, aumentar la conversión. Dado que se basa en datos obtenidos de usuarios reales, la optimización tiene más probabilidades de tener éxito y, al mostrar esta información visualmente, resulta muy fácil identificar qué hay que cambiar.

Por ejemplo, un heatmap sirve para comprobar: si la distribución de elementos facilita la navegación, si las imágenes guían hacia los puntos clave; si un banner no capta suficientes miradas y por eso tampoco clics; si en una tienda online el botón para añadir al carrito pasa desapercibido y por eso hay menos compras después de haber cambiado el diseño; o si el formulario de una landing page está demasiado abajo y pocos usuarios hacen scroll para verlo.