Qué es y cómo mejorar tu reputación de remitente

Categoría: Consejos Email Marketing

La reputación es una forma de medir la confianza que se otorga a un remitente y decidir si se dejan pasar sus mensajes sin problemas, considerarlos spam o bloquearlos porque no pasan el filtro. Es un factor clave en la entregabilidad y está compuesto por varios factores que conviene saber para evitar que se nos asigne una mala reputación.
 

¿Qué es la reputación en email marketing?

Podríamos empezar con la básica, la que tiene cualquier marca y hace que una persona decida apuntarse y abrir sus newsletters. Pero cuando se habla de reputación en email marketing se trata más de un cálculo matemático que de una percepción del usuario.

La reputación como remitente tiene en cuenta tres parámetros:

• La IP desde la que se envían los mensajes se valora contando los retornados y las quejas, considerando el histórico y no individualmente.
• El contenido propiamente dicho, tanto si incluye palabras sospechosas o archivos adjuntos como si, una vez abierto, se bloquea al remitente.
• El dominio del remitente, midiendo la calidad de los correos electrónicos autenticados. La IP y el dominio pueden ser diferentes, por esta razón se consideran por separado.

¿Cómo se calcula la reputación en email marketing?

Cada ISP tiene su propio cálculo para la reputación de los remitentes, pero la herramienta Sender Score de Return Path te puede dar una referencia. Se basa en una serie de datos anónimos de más de 60 millones de cuentas de correo de diferentes ISP. Tras introducir nuestra IP de envío, esta herramienta devuelve un número del 0 al 100: cuanto más alta sea la calificación, más probabilidad de alta entregabilidad; un resultado bajo indicaría que ha de mejorarse la reputación, aunque no necesariamente implica que todo lo que se mande vaya a ir a la bandeja de spam.

 

 

Cinco formas de mejorar tu reputación como remitente

Para que los parámetros que miden la reputación te sean favorables, hay varias soluciones. Implementarlas todas no te asegura un sender score de 100, pero sí mejorarlo.

• Verifica tu IP y tu dominio: la autentificación (SPF para IP y DKIM para dominio) es la opción más directa para confirmar que eres tú quien envía cada mensaje y que no es nada fraudulento, como spoofing.
• Protege tus remitentes: cada tipo de campaña puede ser enviado por una cuenta diferente, por ejemplo las notificaciones transaccionales y las newsletters de fidelización. De esta manera, cada uno tendrá su propia reputación porque el comportamiento del usuario variará.
• Cuida tu lista: utiliza siempre el doble opt-in para no caer en las trampas de los ISP y haz un buen mantenimiento que elimine los emails retornados. También puedes hacer campañas de reengagement para usuarios inactivos.
• Ofrece un buen contenido: segmenta y personaliza tus mensajes para que el usuario no los considere spam. Puedes preguntarle durante el proceso de alta para asegurarte de darle lo quiere en tiempo (frecuencia) y forma (temáticas).
• Busca la calidad: revisa las campañas utilizando un filtro de correo no deseado, para asegurarte que no hay ninguna susceptible de considerarse spam, revisa que no utilizas códigos extraños en la maquetación y que las llamadas a la acción son claras y generan confianza.

Además, como medida de precaución, fíjate en las estadísticas: ratios de apertura, clics, quejas y bajas te ayudarán a detectar que algo no va bien en tus campañas. Revisarlas te ayudarán a asegurar que los próximos envíos cumplen con las recomendaciones que te hemos dado y así proteger y mejorar tu reputación como remitente.

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